viernes, 5 de febrero de 2010

Costes Ocultos

Al comprar un producto o servicio, estamos comprando también una carga ambiental, un conjunto de impactos que se generan al producir el bien en cuestión. Esa carga es transparente para los consumidores, pero está. Como ejemplo, por cada botella de detergente que compramos, es decir,  50grs de PET, se consumen para su producción cerca de 15 litros de agua, 300 gramos de diversos minerales y se degradan 190 gramos de suelo. (Datos de MIPS del  Wuppertal Institute, basado en la producción en Alemania), esto sin considerar el transporte, exhibición para venta, uso del producto y gestión de fin de vida. Todo esto no llega a nosotros pues se queda atrás en la cadena de suministro, pero  existe y actualmente su disminución o eliminación es el esfuerzo  de las empresas, pues representan también importantes costes.
Como consumidores, debemos estar conscientes que nuestras pequeñas elecciones hacen un gran todo, que repercuten en la continuidad de los ciclos positiva o negativamente.  Si nuestro grado de responsabilidad es mayor, pensaremos antes, compararemos los productos y elegiremos el menos impactante, confiando en la información que muestran al mercado, la cual muchas veces no es del todo fiable.
Recordar que no todo lo que parece o se vende “ecológico” realmente lo es, sino todo lo contario, por ello es necesario un análisis mayor, buscar información, preguntar, asesorarse.

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